Comunicación del 17/11/20

Dibujo de muchos mandalas pequeños de diferentes formas y uno central de gran tamaño, sobre fondo de diferentes colores rojizos, azulados y grises

Esta primera parte es un mensaje transmitido a «Y» (miembro del grupo), bajo escritura automática, horas antes de nuestra reunión:

Queridos hermanos estoy aquí para vosotros, no es importante que me veáis o sepáis mi nombre. Necesito que me llaméis para ponerme en marcha en vuestro favor; si no lo hacéis permanezco a vuestro lado, pero no intervengo en vuestros quehaceres.

Deseo apoyaros en todo cuanto necesitéis y colaborar con vosotros en el día a día. El hecho de llamarme no es sinónimo de incapacidad por vuestra parte, es confiar en que nuestro trabajo es en común y en equipo.

Ambos nos necesitamos para la realización de nuestros acuerdos, para el avance del camino pactado.

Aceptemos y disfrutemos esta colaboración para así poder facilitar el avance y crecimiento de vuestro Ser más profundo.

La siguiente parte de la comunicación no está grabada y se adjunta según las anotaciones realizadas a posteriori:

Les es muy grata la decisión que hemos tomado de esta reunión, del círculo espiritual, pues es necesario para nosotros y para ellos, porque somos un equipo, somos servidores de la LUZ. 

Estamos reunidos por nuestra propia voluntad. El trabajo es mucho e importante; ha de tocar diferentes cuestiones sobre nuestro plano físico y sobre el suyo, ya que: -“Son muchas y diferentes las moradas en la casa del Padre”.

Nos agradecen crear el grupo y reunirnos para favorecer la mediumnidad del instrumento (siempre se refieren a Daniel de esta forma cuando es utilizado como canal) y mencionan que también repercute en nuestra alma, energía y trabajo individual. 

El trabajo no sucede solamente en esta reunión, sino que se realiza de forma continua cada día en nuestros quehaceres cotidianos, pensamientos, en el cuidado que tenemos hacia nosotros mismos, y en cómo cuidamos nuestro entorno. La espiritualidad no puede abrirse y cerrarse en un día y una hora en concreto; siempre está ahí.

Les es muy grato observar la luz de nuestras almas. Este grupo es un grupo especial por nuestra sensibilidad, empatía, anhelo de sanación… todos los miembros del grupo somos sanadores. 

Nos dan también gracias por el permiso concedido para interactuar con nuestra aura  y con nuestra alma. Ese permiso es necesario por el respeto al libre albedrío.

Gracias.

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