Ética

Diferentes palabras en inglés relacionadas con la ética y el cuidado en las relaciones.

Queridos, cuán grato nos es encontrarnos reunidos de nuevo aquí.

Nos gusta mucho sentir vuestra presencia y vuestra energía enriquecedora y amable. Profundo es el tema que planteáis, y hay que reconocer que es un tema que podríamos considerar infinito, puesto que a lo largo de la historia de la especie humana, la ética es un tema común que, de alguna forma, todavía sigue sin resolverse plenamente. Ya los antiguos griegos planteaban y conversaban durante horas y horas sobre los diferentes temas éticos.

Podríamos considerar la ética como la observación, el estudio, el análisis de la conducta, no solamente de la conducta humana, sino de la conducta de las diferentes especies, su comportamiento. Especialmente en el caso del ser humano, cómo este actúa frente a diferentes situaciones, situaciones en las que se encuentra en una tesitura determinada y compleja. Podemos entender que la ética va más allá del estudio, siendo una actuación basada en unos comportamientos, en unos atributos, en unas características que deben velar siempre por la especie.

La ética es algo que nos lleva a actuar en base al bien común, alejándonos del egoísmo. Cierto es también que la ética está sometida muchas veces al contexto sociocultural. Así, podemos hablar de esa ética que corresponde a una raza, a una cultura, a un país… Deberíamos fijarnos en aquella ética que podemos comprender globalmente, aquella ética que ayuda a la especie en su conjunto a ser mejor.

Atributos de la ética son:

  • La ecuanimidad
  • La justicia
  • La verdad
  • La compasión
  • El bienestar común
  • La sabiduría
  • La responsabilidad
  • La necesidad de conocimiento para poder obrar adecuadamente

Todos estos atributos quizás os resuenen, porque una de las meditaciones propuestas por el instrumento contemplaba estos atributos, y pedíais que vuestra alma se impregnara con ellos.

No obstante, el planeta Tierra, ese espacio en el que las almas, usando un cuerpo, están sometidas a diversas pruebas —muchas de ellas difíciles—, por desgracia, podemos considerar que en ética todavía la especie humana no tiene una nota alta. No deseo ser pesimista; no voy a decir que es un suspenso, puesto que eso sería meter en el mismo saco a todas las personas y no sería justo, no sería ético por mi parte, puesto que existen personas de gran corazón, personas que piensan en los demás, personas que aman la especie humana, y no solamente la especie humana, sino también los diferentes reinos manifestados por el Creador, por el Gran Arquitecto; personas que son justas, que tienen equidad, y que reconocen también que hay que tener una ética frente al ecosistema, frente a la biodiversidad.

¿Qué os puedo contar de la ética?

Al final diréis que siempre me repito, que siempre hablo de lo mismo, puesto que siempre acabo comentando la necesidad de que toda acción, que todo pensamiento, incluso, emerja del corazón. Porque también tenemos que reconocer, a estas alturas de nuestra consciencia, de la consciencia de este grupo, que la ética está también basada en el pensamiento, ese pensamiento creador, esa energía que moviliza, que se manifiesta y que da forma.

Todavía no sois conscientes plenamente de vuestra capacidad; todavía no sois conscientes plenamente de la fuerza, del poder que tiene el pensamiento. Si hubiese una consciencia plena de esta capacidad, de este poder, la raza humana se cuidaría mucho, mucho de cómo usa su mente, de qué tipo de pensamientos profesa, puesto que de verdad, de verdad os comunicamos que el pensamiento es creador, manifestador de realidad.

Hace tiempo que no oigo vuestras voces, y sabéis que me es grato escucharos y aprender también de vosotros.

E: Muchas gracias por haber venido, amigo. Sabes que hablo todas las noches contigo. Yo quería preguntarte: ¿cuándo venimos a este plano, nuestro corazón ya está alimentado con sentimientos nobles?

¿La ética, yo entiendo que es una cualidad, venimos ya con ella o la tenemos que aprender?

Respuesta:
El alma, querida hermana, viene con todas las cualidades, puesto que si no fuese así, no emergería del Gran Espíritu, no sería chispa divina. La chispa divina es el todo, ¡todo!, todo aquello que ha sido manifestado, todo aquello que es manifestado, todo aquello que puede llegar a ser manifestado.

Ahora bien, recordad que siempre el alma, la persona, tiene libre albedrío, y escoge este planeta lleno de vicisitudes, lleno de pruebas, para poner a prueba —valga la redundancia— su capacidad de superación, su capacidad de poder sobreponerse a los instintos más bajos y reconocer esa necesidad sublime de esa gran familia, ese reconocimiento de la gran familia que somos todas las almas en cualquier universo.

Venimos con todas las capacidades, tenemos libre albedrío; depende de cada uno de nosotros cómo lo usamos, si lo usamos éticamente o no. No sé si he contestado a tu pregunta, hermanita.

E: Sí, pero me cuesta asimilarlo porque, según me lo cuentas, intento asimilarlo, pero se me van cosas… Y en vuestro plano, ¿os regís también por los principios de la ética o actuáis con emociones? ¿Tenéis una manera de relacionaros entre vosotros? ¿Cómo es vuestro mundo? Cuéntanos un poco, por favor…

Respuesta:
No hay un solo mundo, hermanita, hay muchos mundos o niveles de consciencia. La clave es el objetivo: el objetivo es servir, dar servicio al Gran Espíritu, dar servicio a todos los hermanos y hermanas en todos los reinos existentes, que os aseguramos que son muchos, ¡muchísimos!

Todo es frecuencia, todo es vibración, y en cada frecuencia, en cada vibración, en cada ola de manifestación, es posible experimentar muchíiiiiisimas, muchíiiisimas opciones. Así es la complejidad del Todo. Pero en nosotros existe ese reconocimiento, esa consciencia de la Fuente, del Creador, y el amor es tan intenso, la atracción es tan intensa, que tan solo deseamos servirla.

Cierto es que también nosotros tenemos nuestras pruebas; también nosotros debemos conquistar y debemos superarnos, debemos conquistar aquellos aspectos en los que todavía estamos fallando, en los que necesitamos forjarnos. Es un trabajo arduo, al mismo tiempo que gratificante, puesto que cada vez que una conquista sucede, nuestra alma brilla con intensidad. Y eso es un estímulo maravilloso, ¿verdad?

Cada alma que brilla, brilla porque resuena en el amor. ¡El amor!, el amor es la clave de todo. Hermanita, ¡el amor es la clave de todo!

E: Gracias.

Respuesta:
La diferencia quizás más grande entre nuestro mundo, nuestros mundos, y vuestro mundo, es que en vuestro mundo podéis ocultar los sentimientos, podéis ocultar los pensamientos. En nuestro mundo, como la frecuencia, la iluminación de nuestra alma, la consciencia, la intención se ve a simple vista —puesto que brilla, que emite color, que emite frecuencia, que emite sensación—, no podemos ocultarnos de nosotros mismos, ni podemos ocultarles a los demás cómo realmente sentimos.

Al mismo tiempo, eso nos permite ayudarnos unos a otros, a estimularnos, porque no nos juzgamos. Tenemos esa sensación de unidad, tenemos esa sensación de integridad, y sabemos que aquello que el otro necesita, cada uno de nosotros lo necesitamos, y sabemos que aquello que el otro conquista, es también una conquista nuestra. La unidad en el amor es la paz.

¡No podemos tener secretos!

¿Guardáis silencio? ¿Os he abrumado con mi discurso?

E: A mí me ha gustado. Estaba esperando a ver si te preguntaba algo, José Luis, porque me gusta preguntarte mucho, pero no quiero ocupar todo el tiempo…

J.L: Pregunta lo que quieras.

E: Vosotros sabéis que estamos pasando en la Tierra por un momento muy complicado para todas las almas del planeta. ¿Sabéis si esto tiene un sentido? ¿Si tiene un fin? ¿Si se puede controlar? ¿Vosotros sabéis lo que va a pasar o por qué están pasando todas las vicisitudes por las que estamos pasando? No solo en todos los países, sino todas las almas de la Tierra; es un momento muy difícil. ¿Y vosotros sabéis por qué está pasando esto y cuál va a ser el futuro? ¿O no podéis saberlo? ¿Depende de nosotros…?

Respuesta:
Querida hermanita, ¿y cuándo no hay momentos difíciles en la Tierra? La clave del momento actual es que os está tocando a todos. Pero ¿acaso no sois conscientes de que, cuando no existía esta pandemia, seguía habiendo guerras, seguía habiendo niños muriendo de hambre, seguía habiendo mujeres violadas por mercenarios, seguía habiendo injusticia, seguía habiendo una mala gestión de la riqueza tan enorme en el planeta?

Lo que pasa —y no me malinterpretéis, por favor, puesto que conozco vuestros corazones y conozco vuestra esencia— es que cuando no nos toca de lleno, no somos conscientes. El hecho de que la información surja en la televisión, en los diarios, es algo que queda como lejos de nosotros; puede provocarnos un sentimiento, una reacción, pero son reacciones pasajeras.

¡Claro! En este momento actual, todos, ¡todos! os veis afectados. Pero incluso todos aquellos que os veis afectados, os veis afectados de diferente manera, puesto que no es lo mismo la pandemia en África que en Europa, que en Estados Unidos. Y no es lo mismo una pandemia en barrios como pueden ser vuestro Vallecas o vuestro Salamanca, ¿lo llamáis así?

E: Sí, el barrio de Salamanca.

Respuesta:
Vuestro barrio de Salamanca. Los estratos sociales marcan mucho, siempre, siempre es complejo. ¡Siempre es complejo!

Todo en la Tierra tiene sentido, ¡todo! Todo es una prueba, todo es una oportunidad de crecimiento, todo es una oportunidad para reaccionar desde el ego o desde la compasión, desde el amor. Y por supuesto que esto tendrá fin. Recordad que ha habido muchas pandemias: algunas biológicas, como la peste, como la gripe española; otras pandemias en forma de guerra, como las dos grandes guerras.

Y mirad cómo siempre el ser humano tiene la capacidad de superación. Pero ¿cuándo sucede esa superación? Cuando el ser humano comprende que tiene que aunar su energía, que tiene que luchar conjuntamente contra aquello que provoca el daño. Esa unión, esa hermandad es siempre la clave para superar todas esas vicisitudes, todos esos obstáculos.

E: Bueno, ¡pues ayudadnos un poquito!

Respuesta:
¡Nosotros, hermanita, os ayudamos! Tenlo por seguro. ¡Cuántas veces! ¡Cuántas veces nos frustramos también nosotros! Porque estamos inspirándoos, estamos ayudándoos en nuestros encuentros nocturnos, cuando vuestra alma, cuando vuestra alma se despega del cuerpo y os reunís con nosotros. Os explicamos, os aleccionamos, os pedimos que obréis desde el corazón.

Pero luego, al volver al vehículo llamado cuerpo, la terquedad sigue ahí, el interés, el egoísmo. Cierto es que muchos de vuestros dirigentes son también los responsables de lo que está ocurriendo. Todos, todos, al fin y al cabo, somos dirigentes de nuestra propia vida. Tanto vosotros en cuerpo físico como nosotros, ¡todos somos los únicos responsables!

Y al final, el resultado de lo que acontece —perdón, lo que acontece es el resultado—, el resultado de la unión, es el resultado de nuestros sentimientos, es el resultado de nuestros pensamientos, es el resultado de nuestras acciones. Y es falso que no podamos hacer nunca nada o que estemos limitados, porque si fuese así, no seríamos las entidades divinas que somos.

Vosotros, nosotros, cualquier creación: todos somos entidades divinas, todos tenemos la capacidad de manifestar:

  • Luz
  • Amor
  • Ecuanimidad
  • Justicia
  • Verdad
  • Sabiduría

¡Todos tenemos la capacidad de vivir éticamente!

¡Os ayudamos de verdad! Pero no podemos, no podemos actuar por vosotros, no podemos obligaros. Os inspiramos, intentamos que en vuestros pensamientos haya ideas fructíferas, prósperas, pero no podemos imponernos. ¡Porque entonces, entonces no estaríamos actuando éticamente! ¿No crees?

E: Bueno, pero a mí no me dejes nunca, que luego se me olvidan las cosas. ¡Soy un poco torpe y no me entero! Esto es una broma, eh, pero muchísimas gracias.

Respuesta:
Agradecemos mucho las bromas, sobre todo en un contexto en que estamos hablando de pandemias, de guerra, de hambre; un contexto que nos hace sufrir a todos, tanto a los de vuestro mundo como a los del nuestro. ¡Bienvenidas sean todas las bromas! Nos alegramos mucho de que bromees y que no te quejes por ser regañada, hermanita. Jejeje.

E: Pero estad ahí, a mí recordádmelo todos los días.

Respuesta:
¡Estamos aquí siempre! Pero vosotros sois los que tenéis que llamar a la puerta. ¡Siempre estamos!

E: ¡Que hoy no voy! ¡Que me canso!

Respuesta:
Jamás, jamás estaremos cansados de vuestra compañía; jamás, jamás dejaremos de lado vuestra necesidad. Recordad que sois el motivo por el que nuestra existencia tiene también sentido, y es nuestra devoción servir al Gran Creador, aportándoos un poquito de luz y de esperanza, si ello está en nuestra mano.

E: ¡Ay, qué paz me da hablar contigo! ¡Muchas gracias!

Respuesta:
Me siento muy agradecido. ¡Gracias! Gracias por esta oportunidad y gracias por tus amables palabras.

J.L: Y, aparte de por nuestros actos, ¿qué podemos decirles a los demás que les ayude?

Respuesta:
Las palabras se pierden en el viento; incluso aquellas que están escritas y no son leídas, si no se reflexiona sobre ellas, no acaban de calar en lo más profundo del Ser. La mejor forma de transmitir ética, ecuanimidad, amor, justicia, es ser un ejemplo vivo.

Cuando piensas que puedes ser acusado: «¡Mira este sabiondo! ¿Quién se cree que es?» Por cierto que no todo el mundo reaccionará así, y que algunas personas tendrán en cuenta vuestro mensaje. Pero de verdad, que el mensaje, si no va acompañado de actos que lo soporten, ese mensaje queda vacío, no cala en la profundidad necesaria.

Por cierto, hermanito, hace unos instantes que se me está pidiendo que te transmita el siguiente mensaje, y perdóname si es una intromisión en tu privacidad, pero como se me transmite de forma insistente, quiero decírtelo. Sencillo el mensaje, aunque creo que profundo a la vez:

«Es importante que no tengas miedo. ¡No tengas miedo!»

No sé si tendrá sentido para ti o no, pero es lo que se me está pidiendo que te transmita.

J.L: Gracias.

Respuesta:
No tengas miedo, confía. ¡No tengas miedo!

J.L: Sí, posiblemente tenga que… Lo sé, no racionalmente, pero sí. Tengo que repetirme de vez en cuando lo de confiar, sobre todo porque las veces que lo he hecho me ha ido bien. Gracias por insistir en confiar.

Respuesta:
Bueno, la insistencia realmente era más en el «no tengas miedo». Pero soy un mensajero, no las pagues conmigo, por favor.

J.L: No, en absoluto.

Respuesta:
Gracias.

Me gusta mucho la armonía que estoy sintiendo en este grupo. Es mi deseo también —no solamente mi deseo—, sé fehacientemente que esta armonía, esta paz que estamos sintiendo y que mencionó antes la hermanita, esta armonía también le está llegando a nuestra otra hermana que está pasando también por momentos tan delicados, momentos que ya existían antes de la pandemia, y que posiblemente seguirán existiendo después de la pandemia —que tendrá un fin—.

¡Hermana, acabará! Acabará, no tan pronto, no tan pronto como deseas, pero bueno. Esos momentos de paz, de armonía, de reunión en el Espíritu, elevan la vibración y realmente son muy, muy sanadores. Y tenedlo en cuenta: cuando estéis reunidos en presencia del Espíritu, la vibración se eleva.

Y no importa si existen palabras a través del instrumento o no. La presencia en el Espíritu, la contemplación, el anhelo de sentirnos cerca del Creador, eso es maravilloso, eso es importante. Que no os confunda que hablemos a través del instrumento, que hagamos acto de presencia o no.

Nosotros somos unos simples servidores. Recordad que vuestro foco tiene que estar puesto en el Gran Arquitecto, la Fuente de todo Amor, de toda manifestación. ¡Al Gran Espíritu le debemos absolutamente todo! Su bondad es infinita.

Gracias por haber hecho posible este encuentro.

Todos: Gracias a vosotros.

Respuesta:
¡Quedad en paz! ¡Que Dios os bendiga!

Todos: Gracias.

Oración de cierre:

J.L: Gracias una vez más por toda esta comunicación, por todos estos conocimientos que nos transmitís, y que esperamos nos sirvan. ¡Gracias y hasta la próxima!

¿Te gustó este artículo? Siéntete libre de compartirlo con tus seres importantes, valorarlo y dejarnos tus comentarios...

Facebook
Twitter
LinkedIn

Valoraciones

0,0
0,0 de 5 estrellas (basado en 0 reseñas)
Excelente0%
Muy buena0%
Media0%
Mala0%
Muy mala0%

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a nuestra newsletter y no te pierdas nada...

Dime qué te ha parecido este artículo